viernes, 25 de abril de 2008

El concierto

solo algunos protestaron por la inclemencia del calor, mientras que yo, me debatia entre la cordura de mis pensamientos y la magia infinita de las letras, y terminaba rindiendome a la clarividencia de un concierto eterno. Hay estaba aquella banda anonima, llena de libertad y de luz, esculpiendo una melodia suave y acogedora. Estremeciendo las fibras de mi corazón hasta llevarlo a un punto melancolico sin regreso, mientra de forma imperceptible entraba el sonido del gran violin, tocado por un hombre feliz y enamorado, que tocaba con tal pasion, que parecia estar ofreciondo un homenje a la vida por el privilegio de la musica y el amor. Cuando lo mire tuve el presentimiento fatal, de aquel soneto desgarrador que salia de su alma, terminaria siendo el ultimo de su feliz vida. en medio de un crescendo fantastico e inverosimil, gestado por la alianza del gran violin y la fuerza despiadada de un tambor invisible,(porque yo no lo podia ver) yo sentia perder el aliento en mi corazon, por lo violento de aquella tonada. Cuando de forma magica irrumpio el sonido dulce de un clarinete encantador, lleno de expresion y belleza, adornado por la mirada silenciosa de una joven perfecta, de piel blanca como un copo de algodon, de cabellos indomables cual medusa pero sin el sortilegio de convertir a todos lo que la miraban en piedra sino en esclavos eternos de su deseos. Por esta razon solo pude seguir aquel sonido dulce y eterno que ofrecia el clarinete, olvidando cualquier otro instrumento, porque tuve la seguridad que los otros sonidos no eran mas que murmullos fastidiosos e insolentes, que se perdieron en medio de mi esperanza, en medio de mi locura de amor. En medio de la libertad que me ofrecio el sueño de haber encontrado la felicidad para siempre.
fue en este instante, cuando el grito del profesor me devolvio a la realidad. Él se me acerco con inquietud y me pregunto si habia comprendido alguna de las poesias leida en el desarrollo de la clase, a lo que respondí, que por supuesto que no habia nada mas sensacional que la poesia ya que por ella termine inmerso en la felicidad del amor, sin salir del salon de clases. pero lo unico que no dije fue que mi conclusion no fue resultado de los versos de pasion de cada poema sino por un insignificante afiche que estaba situado en una esquina de salon y que llevaba una imagen de una banda anonima de musicos, sumergidos en la locura delirante de la musica y el amor.

lunes, 21 de abril de 2008

Mi nombre es juan camilo

Mi nombre es Juan Camilo, por el coraje y la buena voluntad de mi madre, que se interpuso con valentía a la testarudez de mi santo abuelo, en la idea imposible de que alguno de sus nietos varones llevara el nombre de su padre muerto. Un nombre con demasiada grandeza e impregnado de gloria, según cuenta él en la exageraciones de su vejez. Pero ni los recursos más infames de persuasión, ni argumentos fatalistas como el de “esta es mi última voluntad” lograron convencer a mi madre de registrarme bajo el amparo de Hugualdino Rivas.

Solo a la luz del tiempo y con el agradecimiento que genera los años, logre entender las razones por las cuales mi madre se enfrento a todo argumento que se levanto, para impedir que mi abuelo prosperara en su cometido. La primera razón, yacía en lo profundo de su corazón, porque ella no lograba entender el homenaje ridículo que mi abuelo quería rendir a un ser tan despreciable como lo fue su abuelo, un viejo insulso y resentido que nunca otorgo un momento memorable de amor para sus hijos y menos para una esposa abnegada, que solo descanso de sus maltratos, una noche de octubre, cuando murió sin explicación alguna en su cama matrimonial, con una vida por delante pero sin el deseo de vivirla.

El viejo Hugualdino, al abuelo sólo le dejo como herencia, la capacidad de trabajar como burro sin más esperanza que un lamentable salario, pero además de esto, también le dejó el machismo característico de los hombres de entonces. Perdidos en el temor recurrente de que sus mujeres, fueran mucho más inteligentes y hasta mas verracas para afrontar la temeridad de la vida, con mas carácter y valentía que ellos mismos. Y eso los asustaba tanto que los llevaba hasta el punto infame de golpearlas como método de amedrentamiento en el sigilo de sus dominios, que con cinismo, llamaban “hogar”.

La segunda razón de mi madre fue mucho más sencilla, pero con demasiada importancia para la grandeza de su corazón. Su hijo debía llevar el honor de un nombre bíblico, para mostrar el agradecimiento a Dios que muy amablemente le dio la bendición de un hijo varón. Muchos años después, cuando le pregunte por qué razón despreciaba la idea de tener una niñita, ella respondió de una manera terminante que silencio cualquier posibilidad de debate. -las mujeres solo vienen a este mundo a sufrir los engaños de los hombre y a parir hijos y eso no es justo. Las mujeres sufrimos toda la vida.- de esta manera comprendí la verdadera valentía que se escondía en los corazones sencillos de las mujeres, que día a día libraban batallas privadas, y en la mayoría de veces salían victoriosas, aunque llevando heridas para siempre.
Fue entonces que por un acuerdo bilateral con mi padre, mi madre escogió el nombre de Juan, en honor al apóstol amado de Jesús y que según ella, debió ser hermoso y brillante. Virtudes que años después su hijo demostraría tener de sobra.


Nací un 7 de junio del 1982, sin ninguna señal en particular para pensar que podría cambiar destinos e ilusiones en vidas ajenas. De niño desperté al mismo tiempo, suspiros de esperanza como de lástima porque algunos, bajo el lente alterado del amor me llegaron a encontrar potencial de genio, mientras los más realista, sentenciaron mi futuro por un problema simple de atención y comprensión, lo cual generaba duros regaños, por decir lo que no debía decir. Por hacer preguntas sueltas y sin sentido. Por meter la cucharada en conversaciones donde nadie me había llamado y dar opiniones tan descabelladas que solo podían generar, un váyase de aquí, no sea metido,
No sea chismoso… esto es una conversación para “adultos”. Pero seguía por ahí, escondido entre muebles y materas, con la única intención de comprender el mundo de los grandes, un mundo que para ser honesto siempre me pareció demasiado triste y desolado.

Todo podía ser perfecto desde mi perspectiva ideal, que no era más que el buen desarrollo la vida desde el cuento infinito de la infancia. Entre los juegos interminables de potrero, entre las guerras fétidas de boñiga de vaca que merecían cuerizas monumentales de nuestras madres, que siempre manejaron la disciplina en una alianza eterna con la correa, entre la barbaridad del primer beso, tan desagradable y cochino que ninguno de nosotros lograba comprender la razón por la cual la gente grande se la pasaba en esas, porque sabía a babas ajenas y a comidas pasadas que era imposible descubrir. Pero nada era suficiente para menguar el espíritu valiente de aquella generación a la cual pertenecí y que a través de los años, olvido la grandeza de ser niños, por la múltiples ocupaciones y responsabilidades que exige, el ser adulto. Continuara....

viernes, 18 de abril de 2008

tan solo un comentario.

voy a tomar el riesgo de comentar sobre un articulo de la revista hermano cerdo, ya que me llamo fuertemente la atencion, el culto exacerbado que le otorgan al culo, porque, simplemente no entiendo la razón para exaltar esta singular parte del cuerpo, como objeto digno de un cuento, de una historia, de una realidad retorcida como esta, y asi llego a la pregunta, ¿ a donde nos va llevar esta nueva creatividad? y concluyo en que si nuestra vision de la vida es tan sucia y mezquina que un historia basada en el maloliente culo, termina mereciendo, la victoria de la creatividad. y porque no hasta el siempre codiciado premio nobel, yo intentare escribir la historia asombrosa y jamas contada de la apendice asesina.

El lugar final

Él miraba entre el asombro y la idotez, perdido en un mundo tan ajeno que bien pudo haberlo conciderado como un sueño irreal o un juego de su imaginacion. Él miro con detenimiento cada uno de los detalles que conformaban el extraño espacio de este universo nuevo, lleno de hombres y mujeres raros y desconocidos, algunos con ropas oscuras y miradas perdidas, otros con voces anarquistas que protestaban por la vida, por la muerte, por el color rojo del cielo, por los niños habrientos, por los niños hastiados de comida, por las vacas capitalistas que decidieron subirle veinte pesos a la leche... que por que si y por que no. por que simplemente todo este mundo esta al reves. algunos otros hablaban un idioma diferente, llenos de signos incomplencibles que solo terminaron demostrandole su infinita ignorancia y eso lo deprimio.
todo era confuso para él, y mas cuando se encontro en un sito tan lejano de las certezas de su monotonia. de su simple realidad. de su mundo feliz, sustentado en la espera de un amor imposible.
él miro entre le asombro y la idiotez, lleno de una preocupacion altanera, por estar perdido en un mundo nuevo, lleno de historias desconocidas y anonimas, que lo hicieron sentir sobrecogido, cuando se recrudecieron sus miedos y temores, y sintio el temor fatal de nunca poder escapar de esta tierra, no por amor a su vida pasada sino por la rabia insoportable de nunca haber besado los labios virgenes del amor de su vida.
¿Qué es mas extraño que la voluntad? ¿Qué es mas incierto que el destino?
Todo era igual, pero nada era lo mismo, gente de ojos, nariz y bocas, pero extrañas en su ley y su fuerza, seres solitarios que caminaban a travez de la identidad que les otorgo la muerte, respirando un aire distinto entre la felicidad y la angustia, tan complejo que a él lo llevo a pensar, que estaba perdido en el lugar equivocado pero correcto a la vez, tan alegre como taciturno, con tanta vida, como con tanta muerte.
Mientras que yo, solamente lo observaba. y sentí una profunda lastima ¿como podria yo, explicar su desamparo y temor a lo desconocido? pensé. mejor que nunca hablo, que guardo silencio como forma invisibilidad, porque nadie mejor que yo, sabe que las palabras pueden ser la condena eterna.
Aquí estoy yo, como un ser indiferente, rodeado del silencio y observando como transcurre la muerte de él. Yo fuí testigo de los ultimos minutos de su vida, inmerso en la estupidez, sin darse cuenta de que habia desendido al abismo de la soledad, un lugar y un camino que yo tambien recorrí hace años inciertos y sin la mas minima posibilidad de escapar de este final infeliz, con la unica diversion de observar la desgracia ajena... y esperar en medio del sonido abrumador del silencio.

viernes, 4 de abril de 2008

este es mi segundo intendo, para escribir algo medianamente interesente y lograr el sueño loable, de que algun desocupado concidere leer un articulo fundado en pensamientos que si bien estan sueltos y llenos de incoherencias tambien tienen cualidades valiosas para subsistir en los registros divertidos de aquellos lectores invisibles, que se atrevan a empezar esta actividad y 0 por amor o lastima, terminen con la lectura.

El gran por què.

entre los recuerdos inciertos de mi infancia y los momentos memorables de mi vida, hay uno que sobresale por lo compulsivo de su naturaleza.
Aunque no me comprometo en la veracidad de esta nota, ni en la autoria de la misma (si mi abuelo se entera de la existencia de esta publicacion, es muy probable que me deseherede ) tratare de exponer un recuerdo indeleble que hace parte del segundo capitulo de mi vida.
Cada diciembre, durante los viajes sagrados que realizabamos a Ibague como premio inmerecido por nuestras terribles notas escolares, mi abuelo me levantaba bien temprano en la mañana, me obligaba a darme un duchazo