viernes, 4 de abril de 2008

El gran por què.

entre los recuerdos inciertos de mi infancia y los momentos memorables de mi vida, hay uno que sobresale por lo compulsivo de su naturaleza.
Aunque no me comprometo en la veracidad de esta nota, ni en la autoria de la misma (si mi abuelo se entera de la existencia de esta publicacion, es muy probable que me deseherede ) tratare de exponer un recuerdo indeleble que hace parte del segundo capitulo de mi vida.
Cada diciembre, durante los viajes sagrados que realizabamos a Ibague como premio inmerecido por nuestras terribles notas escolares, mi abuelo me levantaba bien temprano en la mañana, me obligaba a darme un duchazo

2 comentarios:

kitezh dijo...

compañero, es preferible que cuando comiense a escribir algo lo termine por que si yo lo voy a leer me que do en la mitad del cuento. Una persona que escribe tan bacano deberia tener ese blogger lleno de textos. Suerte es que le digo.

juan camilo dijo...

querido kitezh.
resulta patetico reconocer, que durante toda mi vida he luchado con la incapacidad de terminar lo que comienzo. por esta razon simple y hasta sinverguenza no he logrado terminar 15 cuentos, cientos de articulos y hasta una posible novela con un drama inverosimil de mi prima yinet la loca.
muchas gracias por el comentario y tratare de vencer mis incapacidades. juan.